INQUIETUD
Si tan solo pudiera saber
que te aflige vida mía
para darte mi alma entera
y así paliar tu dolor.
No me digas, yo lo intuyo
tus lágrimas errantes llegan a mi ser
tu dolor me acobarda, flagela mi rostro
tus ojos empañados no miran el sol.
Tu corazón agitado por violentos latidos
palpita como alas de un pájaro fugaz
y así como el mar es a veces tormentoso
también sin pedirlo se vuelve a calmar.
(Maria Luz Novoa)