LA MUJER QUE VIVIO SIENDO MENDIGA
Salí a la calle muy de madrugada,
la fuerte brisa
empujaba mi cabello
bailando su danza habitual
y silbando veloz
junto a mis oídos.
Entonces el cielo empezó a llorar,
había que buscar refugio,
es allí cuando la encontré
encogida muerta de frío.
Mi intención fue el de ayudarla
ella estaba esperando que el sol se levante
para empezar el día pidiendo a la gente
una caridad para
seguir viviendo.
Me saqué el abrigo para mitigar su frío
y a pesar del dolor y la pobreza
quiso compartir conmigo
un pedazo de pan que tenía en las manos.
Cuida le dije ese pan
con empeño.
como cuida tu madre tus sueños,
mas bien , te buscaré un
trabajo
para que no sigas siendo mendiga.
Me miró con ojos de
niña
a mi no me conocía,.. no sabía nada de ella,
yo puedo irme donde
quiera
donde quiera conducirme el viento.
Pero ella no tenía piernas
inclinó su cabeza hacia el suelo
estaba mas fría que el hielo
parece que no quería vivir.
Espera le dije que el sol se levante,
para poderte ayudar,
pero sin palpitar quedó su corazón y sin oirme expiró.
Quien sería aquella
niña
que Dios se la llevó.
(Maria Luz Novoa)